Cinco segundos.

domingo, 11 de diciembre de 2011

[ Hoy estoy cabreado. O molesto. Más bien molesto. Estoy molesto y decepcionado pero me voy a comer la mala leche que te causa el enterarte de cosas por otros y haré tiempo hasta poder aclararlo todo con la persona eje de dicho malestar.
Tenía una entrada super extensa y romanticona de esas que te hacen vomitar nyancats en abundancia pero dado mi estado de ánimo "no me mires que te ladro" la reservo para momentos más alegres y torturo con un texto cortito de cosecha propia. ]




Cinco segundos 
Sentado en el salón, con la vista perdida en las imágenes, carentes de sentido, de la televisión, escuchando un murmullo de voces vacías cuyo diálogo no logro distinguir, con el incesante tic-tac del reloj de pared resonando en mi cabeza, espero, en silencio, la señal acordaba para tu llegada.

Como cada día he salido corriendo del instituto, sin despedirme de amigos, compañeros o profesores, he cruzado la calle con rapidez, parándome únicamente para comprar lo necesario para la comida de hoy, he recogido el correo, subido a casa y conectado el teléfono móvil con la esperanza de recibir cuando antes esa señal que hace latir con rapidez mi corazón sediento de ti.

Miro con nerviosismo las agujas del reloj, las cuales ya forman ese odioso ángulo recto que pone fin a mi esperanzada ilusión. Decepcionado me levanto del sillón y apago el televisor. Hoy no hay señal, hoy no vendrás.

Resuena entonces la melodía del teléfono móvil. Tan rápidamente como me permiten mis piernas y la emoción que me atenaza corro hacia la ventana.

Apenas puedo apreciarte cuando pasa el autobús. Tú me miras y sonríes, sentado, escuchando música o con un libro abierto sobre tus rodillas, me sonríes y alguna vez me has saludado vivazmente con la mano.
Yo te imito, sonrió, de pie junto a la ventana, buscando con avidez tus ojos y tu sonrisa. Luego te alejas con el autobús y yo vuelvo al sillón, recordando tu sonrisa y tu saludo, rememorando en mi mente tu imagen, tú sentado en el autobús, que no volveré a ver hasta el día siguiente.

Mis cinco segundos de felicidad.

5 comentarios:

C. Wolf dijo...

Qué bonito *_______*
Me ha parecido una imagen muy tierna...

Y espero que el mal rollo se solucione pronto!! :)

Mama con ansiedad dijo...

Yo creo que sé a qué viene el texto aunque a lo mejor no es lo que me imagino... (es que Momo y tú habláis tanto del tema que... Al final me voy a terminar obsesionando yo. No hay fotos? xD Una ya tiene curiosidad, leñes!).
El texto transmite mucho. Ains... me has hecho echar de menos esos momentos de ilusión y revoloteo. Yo vivo del recuerdo (soy una vieja con una relación vieja también xD).
Disfruta tú que eres joven y no te hagas mala sangre tampoco por chorradinas (que en su momento no lo parecen pero el tiempo va quitántoles importancia).

Xanti. dijo...

Wolf: Me alegro que te guste u/////u Siempre me habían dicho que era un texto romantiquillo pero lo de tierno no lo había escuchado todavía jejeje

Chandria: Me temo que te estás obsesionando más que yo jajajaja. Escribí este texto hace años porque un amigo y yo hacíamos justamente eso, él me daba un toque cuando pasaba el autobús por debajo de mi casa y yo salía a saludarle, me pareció que podía darle un aire romanticón y salió esto.
Esos momentillos de ilusión y revoloteo son los mejores ¿verdad? Aunque en las relaciones viejas también se pueden tener, una cosa no quita la otra, seguro que tu querido te da también algún momentillo mágico =3

Mama con ansiedad dijo...

Cachis... si hubiera sabido que no es más o menos reciente, seguro que no me habría colado. pero en serio, comentáis tantas cosas que ahora todo lo vincularé con ese tema xDDD
Jos... yo nunca he tenido amistades así con esos detalles (como mucho, lo que yo hacía era acompañar a una amiga hasta que viniese su bus a pesar de que yo llegaba un poco más tarde a casa. No es gran cosa xD).
Mi señor prometido lo que más me da son momentos de risa y comodidad (al llevar tanto tiempo dejas la puerta del baño abierta o le imitas para reírte un rato sabiendo que no le va a sentar mal). Bueno... aunque lo último que me emocionó fue en el Japan porque supuestamente no se iba a pasar ninguno de los dos días y vino sin avisar y... >////< Dios, me hizo mucha ilusión. Luego me preguntó si quería que me comprase algo y se cogió de nuevo el metro para comprarme chuches y traérmelas. Ainsss... (ok, lo dejo ya xD).

Gabriel S.D'Artemius dijo...

Oh dios, qué pocholada, por favor. Me ha encantado. Llevo mucho tiempo sin leer cosas así, cortitas y llenas de monería como esta. Aunque quizás debería decir que está llena de amor, de cariño, de esperanza. Un texto como este en este momento me levanta mucho pero que mucho el ánimo, lo bastante como para aguantar los 3 días que tengo por delante antes de que se acaben las clases.
Sabes que yo no te conocía este blog? Sí, lo sé, es una estupidez, pudiendo como puedo verlo en tu perfil de Blogger pero no sé porqué se me había pasado desapercibido. (Aunque, según veo, ya le di a seguir en algún momento xDD).
Todo esto me da unas ganas enormes de ponerme a escribir historias cortas, y me acaba de recordar que tengo una pequeñita que escribí el año de la tana para el tuenti, quizás debería recuperarla. Aunque, ahora que me doy cuenta, todas mis historias cortas acaban mal, será que soy demasiado dramática detrás de mi máscara de eterno optimismo? o_O
El caso sigue siendo el mismo, que me ha encantado. A partir de ahora pienso seguir tus actualizaciones por aquí, que no se me escape ninguna.
Tw lov yu, Yuta-geme <33

Publicar un comentario