Y, al fin, el veredicto.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

El día 29 tuve la última visita en el médico de Málaga.
Esta vez mi padre no pudo venir con nosotros así que mi madre y yo nos tuvimos que ir en el tren. No hay nada que me joda más de ir a Málaga que tener que coger el tren cuando mi padre no puede venir pero como es algo para mi que yo he decidido hacer no tengo otra que hacer... sí quiero hacerlo, que quiero, tengo que aceptar lo que sea.
A la que más le fastidió fue a mi madre, porque tuvo que levantarse temprano y pasar todo el día fuera de casa, caminando por Málaga sin saber muy bien por donde tirar... vamos, que yo la entiendo.

La verdad es que el día no empezó muy bien ya que al ir a comprar los billetes mi madre se había olvidado el monedero en casa. Menos mal que Olga me había ingresado dinero en la cuenta para que le comprase una cosa y pude usar ese dinero (obviamente mi madre lo devolvió en cuanto llegamos a Sevilla).
Superado ese pequeño accidente pasamos dos "bonitas" horas de tren camino de Málaga y al llegar desayunamos en un bar, bastante bueno y con un camarero muy simpático que nos dijo el camino al hospital (la verdad es que yo no recordaba muy bien como ir aunque al final acabé encontrando el camino).
Después de dos autobuses (nos bajamos en la parada que no era pero por suerte no tardó mucho en llegar el autobús que nos dejaba en la puerta del Civil) por fin llegamos al hospital y subimos al pabellón 7. Y al llegar ¡SORPRESA! No había ni Dios en las consultas. O al menos eso parecía. Resulta que la secretaria no estaba y tampoco una de las psicólogas.
Después de un par de minutos salió (casi una hora a decir verdad) entré en la consulta y por primera vez en lugar de hacerme un test o un cuestionario me dieron resultados.

Veredicto: ¡FAVORABLE!

Pero con un inconveniente. ¿Cuál? Los tests que me habían hecho revelaban que tengo una capacidad de control de frustración e ira bastante baja. Demasiado baja como para que me den un tratamiento que acentúa la frustración y la ira. Vamos, que dármelo sería un suicidio como la copa de un pino.
El remedio para esto es realizar un tratamiento de control de frustración e ira en el Centro de Salud Mental de Sevilla. Ya tengo cita en el médico de cabecera para que me deriven allí. Además, así voy a ver a mi médica que es quien me ayudó a comenzar y que de vez en cuando preguntaba a mi madre como iba la cosa.

No sé si tengo más ilusión o miedo. Ya era hora después de tanto tiempo que me dieran el visto nuevo (y la psicóloga del hospital de Málaga me ha dicho que eso está hecho) pero pensar en todo lo que conlleva esto.... los cambios en mi y en mi familia, mis amigos, mis conocidos... buah, hay mucha gente que me gustaría contárselo pero la mayoría no se va a enterar porque ni siquiera los veo.
Quiero ir al colegio cuando empiecen las clases para ver a los profesores y a lo mejor tengo la poca vergüenza de contárselo a alguno (al de filosofía, por ejemplo, que hablé con él el otro día por tuenti y puede que se pregunte algo) aunque creo que la mayoría de la  gente era más observadora de lo que yo me creía, al menos las dos personas de mi instituto (este profesor y una de mis compañeras) con las que he tenido un reciente contacto y que no han dado señales de inmutarse lo más mínimo, al contrario, han dado más señales de un "lo sabía, no me sorprendes" que de otra cosa.
Aun así tengo la necesidad de decírselo o de que ellos me digan que lo saben y que no pasa nada. Bueno, eso solo si no pasa nada, claro, porque si pasa algo y lo ven como un inconveniente... obviamente está claro que no me merecen la pena y blablabla... adiós -o-U

Bueno, creo que esta entrada empieza a desvariar y a no tener ni pies ni cabeza @___@ así que mejor me voy a dormir que ya es hora y mañana intento pensar con más claridad y a ver si yo mismo entiendo que mierda he escrito aquí.

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